Reflexiones

En este espacio quisiera compartir con todos ustedes unos párrafos de una ponencia titulada "La aventura de ser maestro" por el profesor José M. Esteve, de la Universidad de Málaga:


"La enseñanza es una profesión ambivalente. En ella te puedes aburrir soberanamente, y vivir cada clase con una profunda ansiedad; pero también puedes estar a gusto, rozar cada día el cielo con las manos, y vivir con pasión el descubrimiento que, en cada clase, hacen tus alumnos.
Como casi todo el mundo, yo me inicié en la enseñanza con altas dosis de ansiedad; quizás porque, como he escrito en otra parte, nadie nos enseña a ser profesores y tenemos que aprenderlo nosotros mismos por ensayo y error. Aún me acuerdo de mi primer día de clase: toda mi seguridad superficial se fue abajo al oír una voz femenina a mi espalda: “¡Qué cara de crío. A éste nos lo comemos!”. Aún me acuerdo de mi miedo a que se me acabara la materia que había preparado para cada clase, a que un alumno me hiciera preguntas comprometidas, a perder un folio de mis apuntes y no poder seguir la clase... Aún me acuerdo de la tensión diaria para aparentar un serio academicismo, para aparentar que todo estaba bajo control, para aparentar una sabiduría que estaba lejos de poseer...
Luego, con el paso del tiempo, corrigiendo errores y apuntalando lo positivo, pude abandonar las apariencias y me gané la libertad de ser profesor: la  libertad de estar en clase con seguridad en mí mismo, con un buen conocimiento de lo que se  puede y lo que no se puede hacer en una clase; la libertad de decir lo que pienso, de ensayar  nuevas técnicas para explicar un tema, de cambiar formas y modificar contenidos. Y con la libertad llegó la alegría: la alegría de sentirme útil a los demás, la alegría de una alta valoración de mi trabajo, la alegría por haber escapado a la rutina convirtiendo cada clase en una aventura y en un reto intelectual."

En lo personal me identifico con las palabras de Esteve, aprendemos a ser maestros por ensayo y error, desde luego que el apoyo de la teoría es importante pero nadie aprende solamente leyendo libros o tomando cursos. 
Otro aspecto de gran importancia es el compromiso que debe tener el docente para con su profesión y sus alumnos: la actualización constante es parte del compromiso que implica la docencia ya que jamás dejamos de aprender y es nuestra obligación hacernos de herramientas que nos permitan establecer procesos de enseñanza - aprendizaje efectivos.

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